
Tin marín..
Por Ruby Morales Sierra
Avanzamos hacia la mitad de año 2020 encuarentenados y a merced de la Divina Providencia y del autocuidado contra el bicho infeccioso que ronda el mundo.
Gracias a una comunidad más empoderada, presente y alerta, los funcionarios de la administración de Floridablanca se han visto obligados en las últimas semanas, a desempolvar viejos procesos enmohecidos y escondidos en el cajón de algún funcionario clave en la gestión paquidermica de restitución de cerca de tres hectáreas de bienes públicos destinados a equipamiento comunitario, en inmediaciones del sector de Palomitas.
Las respuestas obedecen a derechos de petición de la comunidad ante denuncias por daño ambiental continuado, y con alerta desde febrero pasado en la reserva Hormigueros. Y por las afectaciones de la zona verde destinada al servicio de la comunidad, invadida por particulares para viviendas, explotación comercial de un parqueadero público y renta de terreno para instalación de antenas de telefonía celular en zona pública municipal.

Cabe aclarar que las invasiones de espacios públicos de este sector de Floridablanca no se parecen en nada a las circunstancias del caso del río Pance, en el Valle, donde el patrullero Ángel Zúñiga se negó de corazón a cumplir las órdenes de desalojo por considerarlas injustas contra familias destechadas, en días de cuarentena.
En este sector ocupado se adelanta una demanda de Acción Popular desde hace más de 4 años contra invasores privados, residentes jubilados y acomodados del propio barrio y de familias que han utilizado los terrenos para lucro comercial, sin pago de impuestos ni rendir cuentas a nadie por los daños sociales y ambientales originados.
Para este caso, se espera que producto de las reiteradas omisiones por parte de los gobiernos municipales, de recursos del erario público, todos los contribuyentes nos veríamos obligados a pagar supuestas indemnizaciones a los invasores, como parte de las extrañas garantías que otorga las leyes.
Si el gobierno actual municipal es generoso con los recursos públicos, está muy bien. Se ajustará a tablas establecidas por la misma ley. Claro, lo consecuente es que al producirse un daño fiscal, todos los funcionarios que llevaron al municipio a este daño fiscal, devuelvan a las arcas municipales lo pagado. Lo llaman repetición a favor del municipio. Es lo justo que estipula la ley. Y asunto resuelto.
La otra alternativa del conflicto es próximo fallo de la Acción Popular en curso. La misma ordenará en ley obligatoria los términos y condiciones para. que cesen los daños ambientales, se restituyan los derechos a la comunidad y se obligue al Gobierno Municipal a cumplir el fallo de restitución y equipamiento comunitario, según el POT, so pena de sanciones y destituciones de funcionarios públicos que no cumplan.
Sin ley
Las últimas afectaciones en las zonas invadidas sucedieron en días pasados. La comunidad ha solicitado siempre que el gobierno municipal y autoridades ambientales ejerzan autoridad inmediata por tala de árboles reiterativas, construcción de nuevas viviendas sin requisitos legales y que podrían ser sancionadas por acciones in fraganti. ¿Por qué tanto pudor en aplicar el comparendo ambiental a los invasores? ¿Pueden arrasar con la reserva forestal y construir viviendas particulares sin licencia sin que nadie los detenga, irrumpir arbitrariamente en las instalaciones del colegio y no pasar nada?
En la zona de reserva forestal pública la comunidad solicita al grupo GEA de la CDMB que actúe frente al endurecimiento del suelo de la reserva para fines privados, en la carrera 23 y circunvalar con la calle 147 y 153, frente al Conjunto Monticelo.
A la Secretaría del Interior y Banco Inmobiliario, se alertan sobre la apertura de una puerta metálica de acceso desde el predio invadido hacia la escuela Pública Madre de Buen Consejo.
El 5 de junio pasado el rector del colegio, César Enrique Monsalve remitió denuncia a la Secretaria de Educación, Giselt Pierine Portillo, en la cual hace eco de la alerta de los padres de familia, al considerar un peligro que extraños y particulares acceden desde el parqueadero público ilegal y puedan ingresar a las instalaciones del colegio.
Se puede
Como positivo se rescata que este extraño 2020 llegó con la oportunidad de hacer efectiva la resolución 1048 de 2017, la cual ordena a la Secretaría del Interior y a la de Infraestructura la restitución de los predios ocupados, contiguos a la sede D del Colegio Madre del Buen Consejo, ubicado en el barrio Villa Tarragona.
La comunidad destaca en este proceso la reciente participación de la personera María Margarita Serrano, quien hizo el acompañamiento a la comunidad y realizó visita técnica en terreno para conocer la realidad de las denuncias.
A la actual Personería le fueron entregados más de 200 folios sobre las denuncias, actuaciones, informes técnicos y demás documentación legal clave de la Acción Popular. De hecho, la Personería cumple el deber de acompañar a la comunidad en el restablecimiento por la vulneración de derechos colectivos.
La comunidad agradece el acompañamiento valioso, tal como lo hiciera otro expersonero: Jairo Céspedes, quien elevó un control de advertencia a la administración del ex alcalde Carlos Roberto Ávila. Ello frenó temporalmente el despojo de un terreno del colegio, que a la postre en el 2016 fue invadido por el Acueducto Metropolitano de Bucaramanga, gracias al Smad y la gestión del exalcalde Héctor Mantilla. Queda el sabor amargo, como era de esperarse, de las respuestas gaseosas y ‘formales’ de las dependencias municipales encargadas. Son otra muestra del juego del tim marín, de do pingüé con que han actuado durante más de diez años. Tiempo en que las denuncias comunales se han mantenido en reclamo de derechos colectivos, acumulación de folios y enredos legales oportunistas y sobre protectores para las invasiones.
Según informe del Banco Inmobiliario del municipio, en 2015 existían siete (7) predios públicos invadidos por particulares, de los cuales no se conoce ninguna restitución de áreas de cesión y espacios públicos. ¿Se duplicó esta cifra, se triplicó?
El encierro nos ha obligado a ver lo que antes no veíamos y a conocer lo que no habíamos tenido tiempo ni interés de comprender. Nos hemos dado cuenta de las carencias del vecindario, de los riesgos y los potenciales favorables.
Dicen que el universo entrega dones a diestra y siniestra sin que se juzgue a quién le llega sus bendiciones. No de otra forma podemos comprender cómo los ciudadanos que van en contra de las leyes humanas y del racional sentido común, siguen día tras día con el sol a su favor.
Hasta que la ley y la Divinidad lo dispongan.